Capítulo 41.
La locura humana es a menudo algo muy taimado y felino. Cuando crees que ha desaparecido, puede que sólo se haya transfigurado en una forma todavía más sutil. La enajenación absoluta de Ajab no disminuyó, sino que se contrajo, profundizándose; como el desenfrenado Hudson, cuando ese noble normando fluye angosto aunque insondable a través del desfiladero de las HighLands. Mas al igual que en su monomanía de estrecho fluir no había quedado ni un ápice de la abierta locura de Ajab; así en aquella abierta locura no había perecido ni un ápice de su gran intelecto natural. Lo qu eantes era agente vivo, se hizo ahora vivo instrumento. Si puede sostenerse un tropo tan foribundo, su especial locura arremetió contra su general cordura, y la arrastó, y volvió toda su cañonería concentrada sobre su propia enajenada diana; de manera que, lejos de haber perdido su fortaleza, Ajab, para ese único fin, poseía ahora una potencia mil veces mayor que la nunca había reunido con cordura para aplicar a cualquier objetivo razonable...
2 comentarios:
cuando caigas en la cuenta que tus posts no tienen gracia, será demasiado tarde
Mira... ahora que lo dices... tu foto me recuerda a "El club de la lucha"... "ganas una hora, pierdes una hora"
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